Cuando pensamos en Alemania lo hacemos como un país rico, disciplinado, gris, etc… Pero tal vez nos sea más desconocido pensarlo desde un modo más tradicional, rural, donde los agricultores se entremezclan con grandes urbanitas. Pues sí, es lo fascinante del raciocinio, que ignoramos hechos acontecidos por la falta de información, cultura, etc…
En LÜNEBURG, allá por la Edad Media el comercio de la sal era su principal modo de vida y fuente de riqueza. Ésta se distribuía a otras ciudades adyacentes siguiendo la popular “ruta de la sal”.
En la actualidad, en la parte baja de la ciudad podemos contemplar los vestigios de una época pasada admirando la enorme y antigua grúa sobre el río Ilmenau.
Pero la bella ciudad no se basa sólo en eso, pues esconde grandes secretos como que consiguió mantenerse en pie tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Existe una zona donde los edificios se postulan ligeramente inclinados debido a los temblores de tierra ocasionados.
Vale también la pena visitar la Torre del Agua, con unas vistas espectaculares.
Otros monumentos históricos son: las iglesias de San Nicolás, San Miguel y San Juan; siendo ésta última poseedora de un órgano de grandes dimensiones. Su campanario tiene una altura de 108 metros y se halla un poco torcido. Dicen que cuando el encargado de la obra se percató del error, quiso suicidarse tirándose desde una de las ventanas de la torre, con tal fortuna que aterrizó sobre un colchón de heno y esquivó a la muerte. Creyéndose así inmortal, entró a beber en una taberna, cuando al llevar ingeridas unas cuantas copas de vino, éste fue a darse de frente con el suelo al perder el equilibrio sobre el taburete que se aposentaba, y ahí sí, su vida se esfumó.
Otro punto de interés si viajamos hasta esta ciudad alemana es conocer el popular Brezal o Landa de Luneburgo, se trata de una extensa área de bosques de enebros. Hay una anécdota curiosa que cuenta que el comandante jefe de las SS, Heinrich Luitpold Himmler, una vez que se suicidó, fue enterrado en algún lugar dentro del Brezal.
Como dato curioso a conocer, debes saber que es la ciudad alemana que cuenta con mayor número de bares por habitante, aunque yo tengo mi preferido: BAR RESTAURANTE COMODO (Obere Schrangenstraße, 23). Es un sitio muy acogedor, con un servicio excelente y una amplia carta de comida típica de la zona. Espero regresar algún día 🙂 .
Entre mis preferidos también está el típico mercado de Navidad, es pura magia e ilusión. Los juegos de luces y las barracas que adornan la plaza crean un lugar de cuento. Se puede degustar el típico vino caliente, Glühwein aderezado con especias; y los deliciosos Pfannkuchen o crepes rellenos de Nutella, mermelada, miel, queso, etc… También puedes comprar artesanías únicas como las “lámparas de sal” originarias de la ciudad, regalos, juguetes…….
Así es que no lo pienses más, coge tu chaqueta y adelante, Alemania te va a sorprender.
GUTE FAHRT!