Es alucinante lo que da de sí la mente humana, tanto es así que han conseguido crear un precioso complejo donde poder relajarse y desconectar en plena naturaleza. El lugar en concreto se llama Yun House y está situado en una concurrida aldea al noreste de Yangshuo, a orillas del río Li y bajo las faldas de una impresionante cadena montañosa. ¡La sola idea de imaginarlo me provoca paz!
Se trata de antiguas granjas reconvertidas en funcionales cabañas que nada tienen que envidiar a cualquier otro resort. Es una curiosa unión entre lo rural y lo moderno, sin dejar de obviar que lo que prima es generar el mínimo impacto sobre el terreno. La piedra originaria del lugar, las maderas tratadas y los colores terracotas hacen posible que así sea.
La mejor época para viajar es de abril a octubre.
Es una buena opción de viaje si eres un enamorado de China y de su cultura, pues lejos de las grandes urbes, buena parte de la esencia del país se encuentra en las cosas sencillas, en la humildad de la gente, en los campos de arroz, en el transporte de mercancías sobre el río, en las “cortinas” de bambú, etc…
Como dato curioso, los campos de arroz son llamados “Terrazas de Arroz”, por la singular forma en que los han ido erigiendo. No los han creado así por estética, más bien se trata de un hábil sistema de riego que permite aprovechar el agua que baja en cascada por la colina de la montaña.
A veces no hace falta tener tantos medios si el principal funciona 🙂 .
Reflexionando sobre este milenario pueblo me despido escuchando al maestro Yang Chung Ling, es música para los sentidos.