Hay lugares que al mencionarlos dan la sensación de lejanía. Cuando empecé a interesarme por esta zona es lo que me ocurrió, en este caso son más de 4.000 kilómetros de inacabable océano calculados desde las islas Canarias.
Se trata de una gran isla situada al este de Canadá y perteneciente a la provincia de Terranova y Labrador.
Aunque no es sólo esa la impresión que recibo, sino que, además, me recuerda a un escenario de película sobre marineros que, a bordo de sus pesqueros, sortean las olas con gran dominio. Aunque más que ficción se trata de una realidad, pues una parte importante de la economía del lugar proviene de la pesca, siendo una de sus principales capturas el bacalao.
Para viajar hasta allí podremos hacerlo tanto en avión como en ferry, dependiendo desde dónde lo hagamos, y disfrutar de bellos paisajes anclados en la naturaleza.
Un gran atractivo para el turismo es el avistamiento de ballenas e icebergs, ¡uno se siente tan pequeño cuando navega cerca de estos dos gigantes!
Hay que recordar que fue uno de los primeros lugares en saber de la noticia del hundimiento del Titanic debido a la proximidad de sus costas y los restos del navío descansan a unos 650 kilómetros al suroeste de Terranova.
Pero si no nos apetece embarcarnos, podemos recorrer las empinadas calles de St John´s y disfrutar visualmente de sus pintorescas casas de colores vibrantes y contemplar desde allí el majestuoso mar.
Otra opción para grandes aventureros es recorrer el Parque Nacional Gros Morne, casi 2000 kilómetros de montañas, vida salvaje, lagos, fiordos e históricas aldeas de pescadores. Cabe destacar que está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987.
Se trata de un destino diferente, cargado de contrastes y de apreciada naturaleza. Imagina conducir por bellos paisajes, con la niebla cubriéndolo todo y dejando tras de ti pequeños pueblos cargados de leyendas e historia. Imagina fotografiar cada uno de los faros con los que cuenta la región, e imagina saborear ricos platos creados a base de pescado fresco. Deja ya de soñar y fantasear, ¡Terranova te espera!
A mí de tanto hacerlo me ha venido a la mente la archiconocida portada del libro de Camila Läckberg:
“Los vigilantes del faro”
Puede que el faro de Ferryland también goce de inesperadas “apariciones” …………….
Debe ser que mi imaginación no cesa nunca 😉
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